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Introducción al mundo de las vitaminas

Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales que el cuerpo humano no puede producir por sí mismo, o sólo en pequeñas cantidades. Por tanto, deben ingerirse a través de los alimentos. Se dividen en vitaminas liposolubles (A, D, E, K) e hidrosolubles (C y B). Las vitaminas liposolubles pueden almacenarse en el organismo, mientras que el exceso de vitaminas hidrosolubles se elimina por la orina.

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La vitamina D desempeña un papel especial, ya que puede ser producida por el propio organismo en cantidades significativas si hay suficiente luz solar. Esta carencia está especialmente extendida en Alemania, ya que la mayoría de los alemanes ya no reciben suficiente luz solar. Además de una dieta equilibrada, es importante asegurarse de recibir suficiente luz solar para cubrir las necesidades de vitamina D.

Las vitaminas son cruciales para la regulación del metabolismo y la función de las enzimas. Sin embargo, también existen grandes diferencias en su dosificación, que varían de una situación vital a otra. Por ejemplo, la necesidad de ciertas vitaminas aumenta durante el embarazo y la lactancia, lo que hace especialmente importante una dieta rica en vitaminas.

He aquí un resumen de las vitaminas más importantes y sus funciones:

VitaminaFunción principal
Vitamina AMantener la piel y los ojos sanos
Vitamina B12Formación de glóbulos rojos
Vitamina DPreservación de la función ósea y muscular normal
Vitamina KFormación de factores de coagulación sanguínea

Una dieta equilibrada con alimentos frescos como los pimientos rojos y productos de alta calidad es esencial para aportar al organismo las vitaminas necesarias.

¿Qué son las vitaminas?

Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales que el cuerpo humano no puede producir por sí mismo, o sólo en pequeñas cantidades. Por ello, deben obtenerse de los alimentos. Desempeñan un papel crucial en numerosos procesos bioquímicos, como la producción de energía a partir de hidratos de carbono, grasas y proteínas.

Las vitaminas se dividen en dos grupos:

  1. Vitaminas hidrosolubles: Entre ellas se encuentran las vitaminas del grupo B, como la vitamina B12 y la vitamina B6, que son importantes para la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento de la función muscular normal.
  2. Vitaminas liposolubles: Requieren grasas como medio de transporte. Algunos ejemplos son las vitaminas A, D, E y K, que son cruciales para el mantenimiento de unos huesos sanos y la formación de factores de coagulación de la sangre.

Las vitaminas ayudan al organismo a defenderse de los radicales libres y controlan importantes procesos metabólicos. Una dieta equilibrada con productos de alta calidad, incluidos los de origen animal y los pimientos rojos, garantiza una ingesta suficiente de estos nutrientes vitales.

¿Por qué son importantes las vitaminas?

Las vitaminas son sustancias vitales esenciales para el funcionamiento y la salud del cuerpo humano. Desempeñan un papel crucial en el fortalecimiento del sistema inmunitario y en la regulación de casi todos los procesos metabólicos. Esta contribución esencial ayuda al organismo a mantenerse eficiente y viable.

Un aspecto clave de las vitaminas es su importancia para la formación y protección de las células, la hematopoyesis y la salud de huesos y dientes. Las vitaminas D y K, en particular, son importantes para el mantenimiento de unos huesos normales y la formación de factores de coagulación de la sangre.

Como el cuerpo humano no puede producir por sí mismo la mayoría de las vitaminas, es necesario un aporte regular a través de la alimentación. Algunos alimentos, como los pimientos rojos, aportan cantidades especialmente elevadas de ciertas vitaminas, mientras que los productos animales son una fuente natural de vitamina B12.

Las vitaminas también favorecen la formación de tejido conjuntivo y contribuyen a la reparación ósea. Existen productos de alta calidad, como los de vitamina D3 + K2, para cubrir las necesidades individuales.

Vitaminas liposolubles frente a hidrosolubles

Las vitaminas son micronutrientes esenciales que se dividen en dos categorías principales: vitaminas liposolubles e hidrosolubles. Esta distinción se basa en la diferente solubilidad de las vitaminas e influye en cómo las procesa el organismo. Mientras que las vitaminas liposolubles, como las vitaminas A, D, E y K, pueden almacenarse en el tejido adiposo y el hígado, las vitaminas hidrosolubles deben ingerirse regularmente a través de la dieta, ya que el organismo sólo puede almacenar pequeñas cantidades de ellas. Estas diferencias de almacenamiento y metabolización hacen que sea importante prestar atención tanto al tipo como a la cantidad de vitaminas consumidas para garantizar una dieta equilibrada y saludable.

Las vitaminas más importantes y sus funciones

Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales indispensables para la salud y el buen funcionamiento del cuerpo humano. Como el organismo no puede producir por sí mismo cantidades suficientes de muchas vitaminas, éstas deben obtenerse de los alimentos. Las vitaminas desempeñan diversas funciones en el organismo, como la formación de células, la protección contra los radicales libres, la hematopoyesis y el mantenimiento de huesos sanos. En nuestra dieta diaria, muy pocas personas prestan atención a un aporte óptimo de vitaminas, ya que esto requiere un estilo de vida saludable en todos los sentidos. Circunstancias especiales de la vida, como el estrés o el embarazo, pueden aumentar aún más la necesidad de determinadas vitaminas, lo que puede hacer necesario un aporte nutricional específico o la administración de suplementos. A continuación se explica con más detalle la importancia de las vitaminas más importantes y sus funciones específicas.

La vitamina A y su papel en la visión

La vitamina A es esencial para mantener una visión normal y desempeña un papel fundamental en la conversión de la luz en señales eléctricas en la retina. Esta conversión es especialmente importante para la visión nocturna y la adaptación a diferentes condiciones de luz. La provitamina A, conocida como betacaroteno, se encuentra en muchos alimentos vegetales, como las zanahorias y los pimientos rojos, y el organismo la convierte en vitamina A. Los adolescentes y adultos necesitan entre 0,8 y 1,1 miligramos diarios de vitamina A para mantener la visión. Los productos de origen animal, como el hígado y el queso, y los de origen vegetal, como las espinacas y las zanahorias, aportan suficiente vitamina A o su precursor, lo que favorece una visión sana.

Vitaminas B y producción de energía

Las vitaminas del grupo B son un grupo de vitaminas hidrosolubles que desempeñan un papel esencial en el metabolismo energético. La vitamina B1, conocida como tiamina, es crucial para obtener energía de los hidratos de carbono y las proteínas. Las necesidades varían entre 1 y 1,3 miligramos al día, según la edad y el sexo. Además de la tiamina, otras vitaminas del grupo B desempeñan un papel fundamental en el metabolismo y favorecen el sistema nervioso y la función muscular. Los productos integrales, los frutos secos, la carne, el pescado, los huevos y los productos lácteos son ricos en estas vitaminas y garantizan el funcionamiento óptimo del cerebro, los nervios, los músculos y la sangre.

Vitamina C y refuerzo del sistema inmunitario

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es conocida por su importante apoyo al sistema inmunitario, especialmente tras un esfuerzo físico intenso. Actúa como un potente antioxidante, protegiendo las células del estrés oxidativo y favoreciendo la salud general. Una ingesta elevada de vitamina C procedente de alimentos como las naranjas, las grosellas, el perejil y el ajo silvestre puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario y a prevenir enfermedades. Por tanto, una ingesta adecuada de vitamina C es esencial para gozar de buena salud y bienestar.

Vitamina D y estabilidad ósea

La vitamina D desempeña un papel crucial en la formación de los huesos al mejorar la absorción del calcio de los alimentos y favorecer su incorporación a los huesos. El cuerpo puede producir vitamina D por sí mismo cuando se expone a la luz solar, lo que constituye un complemento práctico a la cantidad ingerida a través de los alimentos. Alimentos como el pescado, la carne y algunas setas también pueden aportar vitamina D, pero a menudo no son suficientes por sí solos. En realidad, la mejor fuente de vitamina D son los huevos y una buena dosis de luz solar. Un aporte adecuado de vitamina D es necesario para garantizar la formación y maduración de las células madre óseas y para asegurar la estabilidad y fortaleza de huesos y dientes.

La vitamina E como antioxidante

La vitamina E es un potente antioxidante liposoluble que protege las células de los daños causados por los radicales libres. Formada por ocho compuestos, entre ellos tocoferoles y tocotrienoles, la vitamina E puede reducir el riesgo de enfermedades como el cáncer y la arteriosclerosis. Se encuentra en grandes cantidades en los aceites comestibles prensados en frío, los frutos secos y las semillas, y reduce las reacciones inflamatorias al tiempo que favorece la memoria y el sistema inmunitario. Así pues, las propiedades antioxidantes de la vitamina E contribuyen decisivamente a una salud óptima.

Vitamina K y coagulación de la sangre

La vitamina K es importante para la coagulación de la sangre, ya que interviene en la síntesis de los factores de coagulación sanguínea. Las necesidades diarias de los adultos son de 60 a 80 microgramos. Esta cantidad puede cubrirse fácilmente consumiendo sólo cinco gramos de chucrut. La vitamina K se presenta en dos formas principales:

  • Filoquinona (K1)
  • Menaquinona (K2)

Mientras que la K1 se encuentra principalmente en verduras de hoja verde como las espinacas y el brécol, la K2 se produce en parte en el intestino humano. Además de para la coagulación de la sangre, la vitamina K también es importante para mantener sanos los huesos y los músculos.

Ácido fólico y división celular

El ácido fólico, o vitamina B9, desempeña un papel crucial en el crecimiento y la división celular. Una carencia de ácido fólico puede tener graves consecuencias, especialmente durante el embarazo, como el desarrollo de espina bífida en el feto. Junto con la vitamina B12, el ácido fólico es importante para la síntesis del ADN. Las mujeres embarazadas necesitan más ácido fólico para evitar malformaciones en el feto. La Sociedad Alemana de Nutrición recomienda que las mujeres que deseen tener hijos tomen 400 microgramos diarios de ácido fólico en forma de complementos alimenticios para garantizar un aporte adecuado.

Provitaminas: ¿Qué son?

Las provitaminas son precursores de vitaminas que primero deben transformarse en vitaminas activas en el organismo para cumplir su función biológica. Un ejemplo bien conocido es el betacaroteno, que se transforma en vitamina A en el organismo. Esta transformación es crucial para la salud de los ojos y la piel.

Muchas vitaminas se encuentran en los alimentos en forma de provitaminas. Sin embargo, siguen siendo ineficaces hasta que se metabolizan en el organismo. Una gran ventaja de las provitaminas es que favorecen la forma biodisponible de las vitaminas en el organismo, lo que favorece un aporte óptimo de nutrientes.

Beneficios de las provitaminas:

  • Fomento de la disponibilidad de vitaminas: Las provitaminas ayudan a proporcionar al organismo las vitaminas que necesita.
  • Variedad en la dieta: diferentes alimentos contienen distintas provitaminas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que las necesidades diarias de vitaminas no siempre pueden cubrirse mediante la conversión de provitaminas. Por lo tanto, una dieta equilibrada es crucial para obtener las vitaminas necesarias en cantidades suficientes y favorecer el mantenimiento de las funciones corporales normales.

¿Cuáles pueden ser las causas y los síntomas de la carencia de vitaminas?

La carencia de vitaminas puede deberse a diversos factores que dificultan su absorción y disponibilidad en el organismo. Enfermedades crónicas como la enfermedad de Crohn, la fibrosis quística y la diarrea prolongada pueden dificultar considerablemente la absorción de vitaminas liposolubles como la A, la D, la E y la K. Los trastornos de mala absorción y las enfermedades pancreáticas también pueden dificultar la absorción de nutrientes en el intestino, lo que provoca una carencia de vitaminas. Los trastornos de malabsorción y las enfermedades pancreáticas también pueden dificultar la absorción de nutrientes en el intestino, provocando una carencia vitamínica. Ciertas situaciones de la vida, como el embarazo, la lactancia y la actividad deportiva intensa, también aumentan las necesidades de vitaminas y favorecen una carencia si la ingesta es insuficiente. Los síntomas de una carencia de vitaminas pueden ser inespecíficos y a menudo incluyen fatiga, irritabilidad y una mayor susceptibilidad a las infecciones. Por lo tanto, una dieta equilibrada es esencial para garantizar cantidades suficientes de vitaminas y prevenir los síntomas de carencia.

Ejemplos de carencia de vitaminas

Efectos sobre el sistema inmunitario

Un sistema inmunitario sano necesita diversas vitaminas para funcionar eficazmente. Especialmente en los meses más fríos, muchas personas recurren a suplementos como la vitamina C, la D3 y el zinc para reforzar el sistema inmunitario y prevenir los resfriados. La vitamina C es conocida por su papel en el refuerzo del sistema inmunitario al aumentar las defensas del organismo durante y después de la actividad física intensa. Las vitaminas del grupo B también son cruciales para reforzar el sistema inmunitario, ya que también intervienen en el metabolismo energético y el sistema nervioso. En épocas de mayor estrés físico o mental, las altas dosis de vitaminas pueden ser un complemento útil para mantener la función inmunitaria. Los suplementos multivitamínicos combinados son una solución práctica para garantizar que el organismo recibe todos los nutrientes necesarios.

Influencia en el metabolismo y la energía

Las vitaminas son catalizadores indispensables en el metabolismo y en la liberación de energía a partir de nutrientes como los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas. Actúan favoreciendo la formación de hormonas, enzimas y células sanguíneas, que son esenciales para las funciones metabólicas clave. Cuando se utilizan los alimentos, las vitaminas desempeñan un papel clave en el control de complejos procesos bioquímicos necesarios para el desarrollo y funcionamiento de huesos, músculos y dientes. También regulan el metabolismo y a menudo forman parte de enzimas que controlan las reacciones químicas del organismo. Por tanto, una ingesta insuficiente de vitaminas esenciales puede provocar alteraciones considerables en la utilización de la energía y en el equilibrio metabólico general, lo que repercute negativamente en la salud y el bienestar generales. Por tanto, una ingesta equilibrada de estos micronutrientes vitales reviste una importancia crucial.

Prevención y tratamiento de las carencias vitamínicas

Una carencia de vitaminas puede tener graves consecuencias para la salud y suele estar causada por factores como enfermedades gastrointestinales crónicas, dependencia del alcohol o hábitos alimentarios desequilibrados. Además, circunstancias vitales especiales como el embarazo, la lactancia o el aumento del estrés pueden provocar una mayor necesidad de vitaminas. En algunos casos, las carencias vitamínicas también están causadas por enfermedades que dificultan la absorción de grasas, ya que esto aumenta el riesgo de carencia de vitaminas liposolubles como la A, D, E y K. Para prevenir las carencias vitamínicas, la suplementación nutricional específica puede ser especialmente útil en situaciones en las que, por ejemplo, la falta de exposición al sol provoca una carencia de vitamina D. Especialmente con una dieta vegana, es importante asegurarse de que la vitamina B12 se suministra en cantidades suficientes a través de suplementos.

Alimentación sana: fuentes naturales de vitaminas

Las vitaminas son esenciales para mantener una buena salud y deben obtenerse en gran medida de la dieta, ya que el cuerpo humano no puede producirlas por sí mismo en cantidades suficientes. Una excepción es la vitamina D3, que sintetiza la piel con una exposición suficiente al sol. No obstante, es importante conocer las fuentes alimentarias específicas de las distintas vitaminas. La vitamina C refuerza el sistema inmunitario y abunda en los cítricos, las grosellas y los zumos de frutas. La vitamina B12, crucial para la formación de glóbulos rojos y la función nerviosa, se encuentra principalmente en productos animales como el pescado, la carne y los huevos. Por lo tanto, los veganos deben asegurarse de tomar los suplementos adecuados. Los alimentos de origen vegetal, como la fruta, la verdura y los cereales, son fuentes importantes de muchas vitaminas, ya que éstas son producidas por plantas y microorganismos.

Suplementos: Cuando tienen sentido

Los complementos desempeñan un papel importante si la ingesta de vitaminas no puede cubrirse adecuadamente con la dieta diaria. Las vitaminas individuales pueden tomarse en forma de complementos alimenticios para evitar síntomas explícitos de carencia.

En Alemania, por ejemplo, existe ahora una recomendación diaria, que en algunos casos sólo puede conseguirse mediante suplementos dietéticos. Un ejemplo de ello es la vitamina D, que sólo se encuentra en mayores concentraciones en los huevos y que el organismo puede producir mediante la exposición de la piel a la luz solar.

Los consumidores de carne no suelen necesitar vitaminas del grupo B adicionales, pero los veganos sí. Los veganos suelen tener carencias de ciertas vitaminas, como las del grupo B, hierro, yodo y otros minerales.

Los deportistas, por ejemplo, suelen necesitar más vitaminas, pero sobre todo minerales como el magnesio y el zinc, ya que se eliminan a través del sudor. Los electrolitos también son muy importantes durante las sesiones de entrenamiento extenuantes.

Para las personas que suelen consumir pocas vitaminas, también existen complementos multivitamínicos que contienen la cantidad diaria recomendada de todas las vitaminas, minerales y oligoelementos.

Situaciones vitales especiales y necesidades vitamínicas

La necesidad de vitaminas puede aumentar considerablemente en diversas situaciones vitales. Cada fase de la vida plantea ciertas exigencias al organismo, que deben ser apoyadas con una ingesta de nutrientes adaptada. Entre ellas se incluyen los momentos de mucho estrés, como las actividades deportivas, el estrés emocional o circunstancias vitales especiales como el embarazo. Los hábitos alimentarios desequilibrados o determinados medicamentos también pueden aumentar las necesidades de vitaminas. Una dieta equilibrada es esencial para garantizar un aporte adecuado de vitaminas. En algunos casos, sin embargo, puede ser necesario tomar suplementos para mantener la salud y el bienestar.

Jóvenes, personas mayores y suministro de vitaminas

Los adolescentes y las personas mayores tienen necesidades nutricionales específicas, que a menudo incluyen una mayor necesidad de vitaminas. Durante la fase de crecimiento de la pubertad, los adolescentes necesitan nutrientes adicionales para favorecer su desarrollo físico. Corren especial riesgo de carecer de vitaminas importantes debido a unos hábitos alimentarios desequilibrados, a menudo provocados por el consumo de comida rápida.

La vitamina D es un componente crítico para muchas personas mayores, ya que su carencia es frecuente a pesar de una dieta variada. El equilibrio vitamínico de las personas de este grupo de edad también puede verse afectado por dolencias gastrointestinales crónicas o el uso de ciertos medicamentos. Una dieta equilibrada compuesta por tres cuartas partes de productos de origen vegetal y una cuarta parte de origen animal favorece un aporte vitamínico adecuado.

Embarazadas y requisitos especiales

Las mujeres embarazadas se enfrentan a menudo al reto de satisfacer sus mayores necesidades nutricionales para salvaguardar tanto su propia salud como la del feto en crecimiento. El ácido fólico es esencial durante este periodo, ya que desempeña un papel fundamental en la síntesis de los glóbulos rojos, el ADN y el desarrollo del sistema nervioso del feto. La necesidad de ácido fólico aumenta durante el embarazo y se recomienda tomar 600 microgramos al día.

Además, durante el embarazo es necesario un aumento de las necesidades de otras vitaminas, como las vitaminas A, B1, B2, B6 y C. Las necesidades totales de vitaminas pueden aumentar al menos un 30% durante este periodo. Por tanto, una dieta equilibrada y rica en vitaminas es crucial para promover el mejor desarrollo posible del feto y cubrir el aumento de las necesidades de vitaminas y minerales.

Estrés, tabaquismo y pérdida de vitaminas

El estrés y los hábitos de vida poco saludables pueden influir considerablemente en las necesidades de vitaminas. El estrés emocional o físico conduce a un mayor consumo de vitaminas, especialmente de aquellas con efecto antioxidante como la vitamina C. Estas vitaminas ayudan a minimizar los daños causados por el estrés. También se recomienda tomar vitaminas del grupo B para afrontar mejor las fases de estrés.

Fumar aumenta significativamente la necesidad de vitaminas antioxidantes, ya que contribuye a la producción de radicales libres en el organismo. Esta mayor necesidad puede compensarse con una ingesta adecuada de vitamina C. El extracto de semilla de uva OPC, por ejemplo, ayuda muy bien a los fumadores. La situación es similar con el consumo elevado de alcohol, que también provoca un aumento de las necesidades de vitamina. Por lo tanto, es importante garantizar una ingesta suficiente de vitaminas, especialmente en estas situaciones.